Una aproximación a la reflexión crítica de los educadores en la escuela G-806 “Las Dunas” de Pangue sobre el Programa de Educación Intercultural Bilingüe
dc.contributor.advisor | Cisternas Fierro, Irsa | |
dc.contributor.author | Neculqueo Pinto, Gonzalo | |
dc.contributor.author | Cuvili Constant, Francisco | |
dc.contributor.author | Reyes Arenas, Diego | |
dc.contributor.author | Zarabia Alveal, Joel | |
dc.date.accessioned | 2018-09-24T17:28:08Z | |
dc.date.accessioned | 2023-11-13T20:05:06Z | |
dc.date.available | 2018-09-24T17:28:08Z | |
dc.date.available | 2023-11-13T20:05:06Z | |
dc.date.created | 2018-09-24T17:28:08Z | |
dc.date.issued | 2017-12-15 | |
dc.description | Seminario de Investigación para optar al Grado Académico de Licenciado en Educación | |
dc.description.abstract | El contacto del pueblo Mapuche con el mundo occidental se ha efectuado de manera prolongada y sus relaciones sociales han sido de una tensión constante y culturalmente transformadores. Así, a partir del siglo XIX los movimientos independentistas, surgidos en Latinoamérica luego de la crisis Monárquica Española de 1808, buscan establecer un nuevo orden político-administrativo basado en un Estado-nación que tuviera una raíz cultural y étnica homogénea. Por esta razón, al indígena, a diferencia del periodo inicial donde se utilizó la imagen épica del siglo XVI para diferenciarse del legado español, a mediados del siglo XIX se le excluye del proyecto nacional (Pinto, 2003). Con la creación de la provincia de Arauco en 1852, el Estado de Chile resuelve un problema esencial para sus intereses fronterizos: el de la legitimidad jurídica para establecer acción. Desde entonces, la colonización de la Araucanía se formula a través de varios mecanismos como la ocupación y expropiación de tierras, la burocracia estatal, el ejército, las ciudades y caminos, y principalmente la educación. Así, en primer lugar, la ocupación siempre se mostró como un acto legítimo de toma de posesión de un territorio que formaba parte de Chile. En segundo lugar, la ocupación debía ir acompañada de un proceso de expropiación de tierras que permitiera al Estado colocar este territorio bajo el ámbito de sus intereses, ya que si no se expropiaba, no se intervenía la propiedad indígena. Era imposible hacer producir la tierra como se quería en el gobierno central. Traer colonos, tanto extranjeros como nacionales, fue un paso importante ya que con esto se buscaba introducir la racionalidad y la modernidad para reemplazar la barbarie que se le atribuía al mapuche. De esta forma, los nuevos propietarios se encargarían de hacer funcionar la Araucanía según los intereses del Estado. El proyecto modernizador de carácter liberal que se implementó Chile, debía contar con una particularidad; el orden social. Para conseguir este objetivo, las elites dirigentes recogiendo la herencia inmaterial del mundo hispánico, implantaron nuevos modos de comportamiento para la población, acordes al rumbo que habían decidido para el país. Para esto era necesario encausar las conductas de los sujetos a través del poder disciplinario, ya no bastaba con castigar al transgresor (Foucault, 2002). Para encausar a la población se ocuparon dos modos de control social: uno ligado a las prácticas punitivas de castigo directo al infractor (control jurídico-penal del Estado) y otro vinculado a la “violencia simbólica”, donde los grupos dominantes intentan imponer sus postulados y sus normas al resto de la sociedad civil mediante diversos medios, como la escuela, los tribunales o la prensa escrita. El propósito de este diseño de control social es transformar no sólo el comportamiento sino también los valores del grupo social subordinado, llegando a considerar las normativas emanadas desde el Estado como propias. Así durante el siglo XIX, la doble modalidad de control social fue ejercida progresivamente por la policía, ya que por una parte mantuvo su rol coercitivo y por otro asumió un rol formativo (Rojas, 2011). Mientras tanto en el territorio mapuche, wallmapu, a partir de 1895 se crea un nuevo cuerpo de vigilancia llamado “Jendarmes de las Colonias” confiado al capitán Hernán Trizano, con el objetivo de reducir y el bandidaje en La Araucanía, pero la actuación de este nuevo cuerpo de policía se vio dificultado por las precariedades endémicas del sistema policial y carcelario; la falta de presupuestos que desincentivaba el ingreso de policías y la poca profesionalidad de quienes integraban estos cuerpos de policías. Por ende, los problemas de seguridad minaban el desarrollo que fue asumido por el Estado para la zona, ya que cualquier situación de inestabilidad social atentaba con dicho proyecto que buscó bajo toda lógica racionalizar al mundo Mapuche (Rojas, 2015).Hacia 1883 la anexión de la Araucanía fue concretada mediantes acciones drásticas, el poder de los cañones, y las políticas modernizadoras de los colonizadores se intensifican. Sin embargo, a partir de 1930 los mapuche comienzan a recibir cierta protección legal, a través de leyes y decretos. No obstante, estas iniciativas se hicieron desde una lógica asistencialista y asimilacioncita, hecho que ha repercutido en una desigualdad socio-economía, política y desarrollo cultural. Pues el Estado no consideró a los mapuche como un pueblo distinto, con una cultura propia y diferente, por el contrario buscó sobreponer un aparataje estatal colonialista. Por ello, cuando en los años noventa se comienza a formular una serie de propuestas políticas para el mundo indígena, estas se siguen planteando desde una lógica de homogenización mapuche y de su integración forzosa a la sociedad chilena. Hacia el año 1993, como consecuencia de las demandas históricas mantenidas por los pueblos originarios de Chile, se promulga la Ley Indígena N° 19.253. Desde entonces, el Estado de Chile reconoce que lo indígenas son descendientes de agrupaciones humanas que existían en el territorio nacional desde los tiempos precolombinos, y que además, es deber de la sociedad en general y del Estado en particular, a través de sus instituciones el respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas, sus culturas, familias y comunidades. Esta ley reconoce el derecho de los indígenas a manifestarse culturalmente, donde el Estado deberá promover las culturas indígenas, las que conforman parte del patrimonio de la nación chilena. En el apartado de Cultura y Educación Indígena, la ley plantea el reconocimiento, respeto y protección de las culturas indígenas por medio de distintas medidas como; el uso y conservación de los idiomas, junto al español, en las áreas de alta densidad indígena y el establecimiento en el sistema educativo nacional de una unidad programática que posibilite a los educandos acceder a un conocimiento adecuado de las culturas e idiomas indígenas y que los capacite para valorarlas positivamente (Ley N° 19.253 del año 1993). Después de la promulgación de esta ley, en 1996 el Ministerio de Educación (MINEDUC) en coordinación con la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) crean el Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB), con el objetivo de desarrollar en las zonas de alta población indígena y en coordinación con los servicios del Estado que correspondan, un sistema de educación intercultural bilingüe a fin de preparar a los educados indígenas para desenvolverse de forma adecuada tanto en su sociedad de origen como en la sociedad global, introduciendo la enseñanza intercultural en las escuelas de alta concentración de matrícula perteneciente a los pueblos indígenas (Cañulef, 2000). Así, para el año 1996 se desarrollaron planes pilotos para los primeros años de formación de los niños y niñas. Bajos estos programas focalizados fue que la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) continuo generando experiencias centradas en el diseño curricular y la formación de docentes, hasta el año 2000, en el que se institucionaliza como programa independiente y se comienza a construir una política de focalización y expansión paulatina a establecimientos de características similares a las de los participantes de los programas pilotos. En ese momento, las líneas generales de la política de la EIB giraron en incorporar textos bilingües que aborden la problemática desde el punto de vista pedagógico, la formación de maestros bilingües y el desarrollo de proyectos con la participación de las comunidades indígenas. Posteriormente, durante el 2001, las líneas en las que se organiza el desarrollo de la EIB se centra en dos focos que recogieron la experiencia adquirida | |
dc.identifier | http://repositoriodigital.ucsc.cl/handle/25022009/1351 | |
dc.identifier.uri | https://tesis.ucsc.cl/handle/25022009/3132 | |
dc.language | es | |
dc.publisher | Universidad Católica de la Santísima Concepción | |
dc.subject | Interculturalidad | |
dc.subject | Bilinguismo | |
dc.subject | Facultad de Educación | |
dc.subject | Programa de Formación Pedagógica para Licenciados en Educación | |
dc.title | Una aproximación a la reflexión crítica de los educadores en la escuela G-806 “Las Dunas” de Pangue sobre el Programa de Educación Intercultural Bilingüe | |
dc.type | Thesis |
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- Gonzalo Neculqueo Pinto, Francisco Cuvili Constant, Diego Reyes Arenas, Joel Zarabia Alveal.pdf
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