Abarca Díaz, Héctor AlejandroAlarcón Mora, Gonzalo2020-11-132023-11-092020-11-132023-11-092020-11-132020-09https://tesis.ucsc.cl/handle/25022009/2225Seminario de Investigación presentado a la Facultad de Comunicación, Historia y Cs. Sociales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción para optar al Grado Académico de Licenciado en Trabajo SocialA partir de los últimos años, es posible vislumbrar un progresivo consenso en el debate público y académico respecto a los altos niveles de segregación y exclusión existentes al interior del sistema educacional chileno, en lo específico, de acuerdo a la situación socioeconómica de los estudiantes y sus familias de origen (Azócar, Córdoba, y Rojas, 2016; Hernández y Raczynski, 2015). Dentro de la literatura especializada, este fenómeno ha sido conceptualizado como “segregación escolar”, y hace referencia a la distribución desigual de estudiantes en establecimientos educativos, de acuerdo a sus características individuales o sociales (Murillo y Martínez, 2017), o “especialmente en términos de su raza y origen social”, tal que dichas diferencias en la distribución repercutirían en las probabilidades de interacción entre individuos de distintos grupos sociales (Bellei, 2013, p. 327). Al igual que otras tipologías similares de segregación, es posible distinguir dos dimensiones de segregación escolar. Por un lado, la noción de similitud o uniformidad, referente “al grado de desbalance con que los miembros de un cierto grupo social se distribuyen entre unidades geográficas u organizacionales distintas”. Así, un grupo será “segregado” si su distribución es muy desigual entre las unidades (Bellei, 2013, p. 330). Por otra parte, la dimensión de exposición hace mención a la probabilidad de interacción entre individuos de distintas categorías sociales, en otras palabras, el grado en que están “expuestos” unos de otros. En este sentido, un grupo se considerará “segregado” de acuerdo al grado de aislamiento relativo frente a otras categorías sociales. Y para el escenario de la segregación escolar, esto implica que los estudiantes estarán más segregados si existe una alta probabilidad de que se encuentren, únicamente, con estudiantes de similares características en su escuela (Bellei, 2013; Murillo, Duck y Martínez, 2018). En relación a lo anterior, la investigación empírica ha comprobado que la segregación escolar conlleva repercusiones, principalmente negativas, tanto para los estudiantes, así como también para el sistema educativo en su conjunto, por tres argumentos. Primero, limitaría la experiencia formativa, poniendo obstáculos a la enseñanza en áreas de convivencia y/o formación ciudadana. Luego, dificultaría el aprendizaje de aquellos estudiantes más vulnerables y fomentaría el surgimiento de condiciones perjudiciales para sus procesos de enseñanza y convivencia escolar (Bellei, 2013). En esta misma línea, Ortiz (2016) destaca que la segregación acarrea efectos negativos para los resultados académicos de estudiantes concentrados en escuelas con menor nivel socioeconómico, pero positivos para los estudiantes aglomerados en los establecimientos de grandes ingresos, lo que podría denominarse como “segregación académica” (p. 94 – 95). 3 Adicionalmente, Murillo (2016) establece que el fenómeno obstaculizaría la efectividad de las políticas públicas destinadas al abordaje de la vulnerabilidad social, debido a que la segregación añade un efecto colectivo promotor de los escenarios de exclusión. Autores como Santos y Elacqua (2016) añaden que, a nivel sistémico, la segregación escolar tiene consecuencias en el aumento de la probabilidad de deserción escolar, el embarazo adolescente, el compromiso intelectual y la motivación.Segregación escolarSituación socioeconómicaTrabajo SocialLos principales factores que generan situaciones de segregación escolar entre los establecimientos educacionales de enseñanza media en Chile, durante los últimos 10 añosThesis